Cómo funcionan las escaleras

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Todos sabemos qué son las escaleras. Las escaleras y salvaescaleras son artefactos que nos permiten zanjar espacios situados a diferentes alturas y nos acompañan desde la Antiguedad (se calcula que comenzaron a aparecer con cierta regularidad alrededor del 6000 antes de Cristo). Pero pocos de nosotros conocemos cómo funcionan las escaleras y de qué partes se componen. Aquí describiremos brevemente sus distintas partes.

Lo primero que llama nuestra atención son los escalones o peldaños. Un escalón está formado por dos elementos: una parte horizontal que se denomina huella o pedada y que es donde el pie encuentra el apoyo, y una parte vertical que suele llamarse contrahuella o alzada y que es la altura del peldaño, es decir, el espacio que media entre dos huellas o entre una huella y el piso. La relación entre estas dos partes debe ser regular y constante para que la escalera sea transitable. El ángulo o pendiente que resulta de esta relación entre ambas partes determinará el grado de comodidad y accesibilidad de la escalera.

La sucesión de escalones de una escalera se denomina tramo y suele estar limitado por dos descansos. La norma indica que cada tramo debe constar de veintiún escalones.

El descanso de las escaleras debe tener un ancho mínimo equivalente al ancho que posea el tramo que precede o continúa. Además tiene que ofrecer al usuario de la escalera una interrupción cómoda y fácil de al menos ochenta y cinco centímetros de longitud. Existen dos clases de descanso: el intermedio que se sitúa entre dos tramos de escalera y el de llegada que finaliza el recorrido.

Las escaleras, de acuerdo a su funcionalidad, pueden ser cerradas o abiertas. Las escaleras cerradas están envueltas por la llamada caja, que es una estructura que contiene los diferentes tramos y cuya función es ofrecer seguridad en primer término y privacidad suficiente. La forma de la caja puede variar de acuerdo a la circulación y a la altura que haya que salvar.

Los límites laterales de las escaleras se denominan zanca (también suelen recibir el nombre de limón) y pueden consistir en una línea, cuando solamente se representan los límites en planta, o en un elemento estructural cuando dichos límites se materializan.

El ojo de la escalera es el espacio interior hueco que se encuentra entre dos tramos. De acuerdo al diseño de la escalera, este ojo puede o no existir. Las escaleras rectas, por ejemplo, no cuentan con este espacio hueco. Junto al ojo suele encontrarse el limón interior o collarín, o sea el borde interior que limita el tramo de la escalera. Existe un ancho mínimo de doce centímetros que debe respetarse en la disposición de la huella y el limón interior.

Todas estas partes se articulan para contribuir al funcionamiento estructural de una escalera. A ellas debemos sumar las barandillas o pasamanos, que son los apoyos de los que se sirve el usuario de la escalera al subir o bajar. La altura media suele rondar los ochenta y cinco centímetros. El balaustre, por último, es el conjunto de barandillas y pasamanos de una escalera. Si busca información y precios de sillas sube escaleras y plataformas elevadoras segunda mano, le invitamos a continuar explorando nuestra página.